Julio Jaramillo: El redescubrimiento del ‘Ruiseñor de América’
Rodolfo Muñoz hace cuatro años decidió seguir
la diáspora del cantante Julio Jaramillo por el continente americano
entre los años 50 y 70. Sentía que los ecuatorianos “se estaban
perdiendo una gran historia” y que habían conocido a Julio por
mitos como que era un mujeriego y un borracho. “Esa parte burda ya
había sido explotada, no creo que tengamos derecho a meternos en la
vida muy íntima de la gente”, dice Muñoz.
Su intención con el filme, llamado Si
yo muero primero, frase de la famosa canción Nuestro
Juramento, fue redescubrir al Ruiseñor de América.
Para esto siguió la pista de coleccionistas, fanáticos y del
musicólogo Mario Godoy, radicado en México, que lleva varios años
investigando al cantante, y que ha descubierto que grabó unos 4.000
temas en más de una docena de géneros, entre ellos rock y tango.
Uno de los hallazgos del documental fue conocer
que Jaramillo había grabado con la orquesta Astor Piazzola. Los
coleccionistas dejan oír en el documental algunas de esas canciones,
pero el documentalista, excéptico, llegó al productor de ese disco,
que se grabó en Venezuela, y despeja todas las dudas casi al final
del filme.
Casi todo en el filme resulta nuevo para el
público ecuatoriano, aquí se quedó etiquetado como el cantante de
los pasillos que alimentan el despecho, la música de las clases
populares.
Los datos biográficos son mínimos, acaso la
anécdota de que la madre del cantante le rompió un diente de un
puñete cuando descubrió que cantaba a escondidas de ella o la de su
hermano, que también era cantante, y que juntos se hicieron
conocidos en las radios de la épocas.
El documental muestra en 107 minutos el camino
que hizo el cantante por toda Latinoamérica. En México, fue un gran
ídolo y eso lo confirman los radiodifusores de la época. En
Colombia y Venezuela se quedaron grabadas sus canciones y eso lo
confirma la gente de la calle que es entrevistada por el
documentalista.
La película tuvo su premier en el festival de
documentales de Quito (Encuentros del Otro Cine), y ahora pasará por
un par de festivales pequeños, uno de ellos en Nueva York donde se
espera que atraiga a los migrantes ecuatorianos. “Los ecuatorianos
cuando estamos fuera acudimos a los mercados de la nostalgia donde se
consiguen los productos locales, lo mismo ocurre con la música de
Julio Jaramillo”, dice Muñoz. “Muchos se ven reflejados en la
historia de Julio, también sienten que no han sido profetas en su
tierra”.
La historia de Julio Jaramillo era un pendiente
que tenía Ecuador porque ha sido el artista más internacional de
todos los tiempos, aunque en su momento no recibió el justo
homenaje. La película muestra esa devoción a destiempo que le
dedican sus coterráneos, los guayaquileños.
Rodolfo Muñoz, director del filme, viene del
periodismo y ha tenido otros aciertos como la cinta Muchedumbre,
que documenta la rebelión policial en Ecuador del 30 de septiembre
de 2010.
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