Jeff Sessions: “Voy a utilizar todo mi poder para frenar a California”
El fiscal general de EE UU, Jeff Sessions, el miércoles en Sacramento, California. AP
elpais.com
El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, comparó este
miércoles las leyes de California para proteger a los indocumentados con
la rebelión de los estados del Sur contra la Unión que dio origen a la
Guerra Civil. Esos son los términos el los que el Gobierno de Donald
Trump plantea la batalla que viene.
Una batalla que comenzó oficialmente el martes por la tarde con una
demanda de Sessions contra tres leyes de California que, según el
Departamento de Justicia, entorpecen la labor de la policía de
inmigración. “California está utilizando todos los poderes que tiene, y
algunos que no tiene, para frustrar la aplicación de la ley federal.
Pueden estar seguros de que yo voy a utilizar todo mi poder para
frenarlos”, dijo Sessions este miércoles en Sacramento. El gobernador,
Jerry Brown, calificó la acción del Gobierno de "declaración de guerra".
Se calcula que una cuarta parte de los más de 11 millones de
inmigrantes sin papeles de Estados Unidos viven en California, el
estado más poblado del país, donde son considerados imprescindibles para
la economía y la convivencia en general. Todos los cargos de California
son demócratas. El Estado se comprometió desde el día uno de la
Administración Trump a combatir las políticas del presidente llevando al
límite su jurisdicción y aprovechando cualquier resquicio en el
equilibrio constitucional entre los poderes federales y los estatales.
El
Departamento de Justicia ha decidido entrar a la pelea, pero esta vez
golpeando primero. Lo hace con una denuncia de inconstitucionalidad que
podría convertirse en un caso definitivo sobre las leyes de inmigración.
La denuncia, presentada el martes en los juzgados federales de
Sacramento, dice que tres leyes aprobadas por California el año pasado
son inconstitucionales porque contradicen la "supremacía" de las leyes
federales. Entre ellas, la que más ruido ha hecho en Washington, la
llamada ley del estado santuario SB54, que prohíbe a todas las
fuerzas de seguridad de California colaborar con la policía de
inmigración salvo por orden judicial y en casos de delitos graves.
Esta
política ya era habitual en distinto grado en las grandes ciudades, no
solo de California, sino de todo el país.
Sessions se rodeó de una asociación de policías el miércoles
por la mañana en Sacramento, la capital de California, ara hacer una
exposición pública de sus razones. “Las elecciones tienen
consecuencias”, dijo, para advertir que la lucha contra la inmigración
ilegal fue un “factor clave” en la elección de Donald Trump y que su
Gobierno se propone cumplir con ese mandato. En California, Hillary
Clinton ganó por cuatro millones de votos.
“Premiar a aquellos que entran ilegalmente en un país con un
estatus legal, Seguridad Social, beneficencia, cupones de comida y
permisos de trabajo no puede ser la política de una gran nación”, dijo
Sessions. “Mientras, los que se meten en este proceso (de inmigración)
de forma legal y paciente son discriminados todo el tiempo”.
El fiscal general pudo entonces el conflicto legal entre los
estados y Washington en los términos más graves posibles. “Entiendo que
tenemos muchas opiniones diferentes sobre inmigración. Pero la ley está
en los libros y su propósito está claro. No hay anulación. No hay
secesión. La ley federal es la ‘ley suprema del país’. Invito a
cualquiera que tenga dudas a Gettysburg y a las tumbas de John C.
Calhoun y Abraham Lincoln”.
Sessions se refería al vicepresidente Calhoun, principal
valedor de los derechos de los Estados frente a Washington en los años
30 del siglo XIX (y la doctrina conocida como anulación, por la que los
Estados podían anular leyes federales), y al presidente Lincoln, símbolo
de lo contrario tras la Guerra Civil provocada por el intento de los
estados del Sur de mantener la esclavitud frente a la abolición.
La
referencia viene siendo utilizada por el entorno más extremista de Trump
desde hace tiempo.
“El rechazo a detener y deportarlos, especialmente a los
criminales, es un rechazo efectivo de todas las leyes de inmigración y
crea un sistema de fronteras abiertas. Las fronteras abiertas es una
idea radical e irracional que no se puede aceptar”, dijo Sessions.
Sus palabras fueron contestadas inmediatamente por los
cargos más altos de California. El gobernador, Jerry Brown, y el fiscal
general, Xavier Becerra, nombrados directamente como responsables en la
denuncia de Sessions, dieron una rueda de prensa conjunta minutos
después. Becerra insistió en la constitucionalidad de las leyes de
California y en que no hay nada en las mismas que impida a la policía de
inmigración hacer su trabajo.
Brown contraatacó en los términos más duros posibles, y
también en su habitual estilo jocoso cuando se refiere a la
Administración Trump. “Viene un tipo de Alabama a darnos lecciones sobre
secesión y respeto a los derechos civiles”, dijo Brown en respuesta a
Sessions. Acusó al fiscal general de “sonar más como Fox News que como
un agente de la ley”. “Esto es un numerito político. No tiene nada que
ver con la verdad ni con proteger nuestro Estado, esto es para dividir
América. No hay precedentes”. Para el gobernador Brown, “esto es
básicamente una declaración de guerra contra el Estado de California, el
motor de la economía de Estados Unidos”.
Cuando se le preguntó por las afirmaciones de Sessions,
según el cual las políticas de California ponen en peligro a los agentes
de inmigración porque dejan en libertad a criminales, Brown se calentó
aún más: “Eso no es verdad. La Administración Trump está llena de
mentirosos. Hasta se han declarado culpables ante el fiscal especial”,
respondió Brown. “Lo que ha dicho Sessions simplemente no es verdad. Y
le exijo que se disculpe con la gente de California. Están trayendo la
mendacidad de Washington a California y están tratando de instigar
desacuerdo, división y disfuncionalidad en un Estado que está
funcionando de verdad”.
El autor de la ley SB54, el senador estatal, Kevin de León,
calificó la política de Sessions como “un agenda supremacista blanca y
antiamericana”.
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