La Isla de Ellis: la puerta a EEUU durante un siglo
Ellis Island, historia de la inmigración europea a norteamérica
libertaddigital.com
El 17 de diciembre de 1900 se inauguraban las
instalaciones del gran centro de inmigración de la Isla de Ellis. El
lugar ya funcionaba como tal desde 1892 y aún antes, desde 1850, era el
centro en el que gestionaba la inmigración el estado de Nueva York.
Durante estos dos periodos, la época estatal y la época federal, unos veinte millones de personas pasaron por las distintas instalaciones
en su camino a Estados Unidos. Muchos fueron admitidos en el país y
vivieron o trataron de vivir una vida mejor como americanos, otros
tuvieron que dar la vuelta tras el largo viaje y regresar a sus lugares
de origen.
El nuevo edificio principal, que se puede visitar hoy en día, se
levantó tras un incendio que destruyó las instalaciones anteriores, que
se edificaron en madera y se inauguraron el dos de enero de 1892 con la
entrada en el país de Annie Moore, una niña irlandesa de 15 años que viajó a EEUU acompañada de sus dos hermanos.
Además, después de esta primera inauguración y ante el constante
crecimiento del flujo inmigratorio docenas de construcciones fueron
llenando la isla con instalaciones anexas al edificio principal:
hospitales, comedores, zonas de cuarentena para enfermedades
contagiosas...
Y no sólo creció el número de edificios: la propia superficie de la
isla se multiplicó, pasando de tener poco más de una hectárea a superar
las diez, en parte al aprovecharse la tierra resultante de la
construcción del metro de Nueva York.
Una isla de tercera clase
Aunque los inmigrantes llegaban a muchos puertos de la costa este de EEUU, desde Boston a Nueva Orleáns, Nueva York fue el elegido por una mayoría.
Una vez en las cercanía de la Gran Manzana los pasajeros de primera y
segunda llegaban a puerto y pasaban allí unos controles relativamente
ligeros.
Sin embargo, para los de tercera el final del viaje era muy diferente:
eran llevados a la Isla de Ellis y allí tenían que superar una serie de
estrictos controles médicos y legales, sólo tras superar este trámite,
que en ocasiones podía durar días pero que habitualmente se pasaba en unas cinco horas, eran admitidos y viajaban a su destino final dentro de EEUU.
La Isla de Ellis tiene un aura dramática por las historias terribles de
miles de personas que llegaron allí sólo para ver cerrarse la puerta de
EEUU y tener que regresar a sus puntos de origen tras un viaje
habitualmente muy duro. Esto es cierto, pero en cifras mucho menores de
lo que habitualmente se cree o se tiende a pensar: sólo el 2% de los llegados a la Isla de Ellis no superaban los exámenes de entrada.
Por otro lado, los historiadores certifican que lo habitual era que los
inmigrantes a la Isla de Ellis recibieran un trato respetuoso en todo
momento y durante su estancia allí se atendían sus necesidades básicas.
Monumento nacional y museo
La historia de la Isla de Ellis como centro de recepción de emigrantes
terminó en 1954, después de que, como hemos comentado, unos 20 millones
de personas hubiesen pasado por allí. La cifra es impresionante, sobre
todo si tenemos en cuenta, por ejemplo, que el total de la población de
EEUU en 1920 (cuando ya se había alcanzado el pico máximo de entrada de
inmigrantes) era de 106 millones.
A pesar de haber sido declarado Monumento Nacional en 1965, desde su
cierre en el 54 el centro fue cayendo en un progresivo abandono que en
los años ochenta amenazaba su propia existencia. Fue entonces cuando se
emprendió un ambicioso programa de restauración que, decenas de millones
de dólares mediante, preparó el lugar para lo que es hoy: un impresionante Museo de la Inmigración y uno de los mejores reclamos turísticos de Nueva York.
Así, hoy en día miles de turistas se acercan a la Isla de Ellis,
habitualmente en un "pack" conjunto en el que también visitan la cercana
Estatua de la Libertad. El recorrido se centra sólo en el edificio
principal en el que, además de las instalaciones originales, fotografías
y documentos varios podemos incluso encontrar enseres originales de los
inmigrantes que en algún momento quedaron olvidados allí.
Además, está accesible el archivo completo con los nombres de todos los
que pasaron por allí, y el turista o el visitante pueden buscar su
apellido y quién sabe si encontrar sus antepasados. Y encontrarlos no es
tan excepcional: según algunos el 40% de los americanos de hoy en día puede rastrear su pasado familiar en el archivo de la Isla de Ellis
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