Decenas de miles de mujeres toman Madrid contra la violencia machista
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Ochenta mujeres vestidas de negro
se tumban en la calle. Su contorno se dibuja con tiza en el asfalto mientras se
leen sus nombres. Simbolizan los cadáveres de las víctimas de la violencia
machista del 2015. La lista se hace eterna. Son miles las mujeres que escuchan
y muchas no pueden contener las lágrimas. Así empezó ayer en Madrid la primera
gran manifestación estatal contra el "terrorismo machista". Y lo hizo
frente a la fachada del Ministerio de Sanidad e Igualdad, destinataria de un
sonoro abucheo por "no haber sabido estar a la altura de su nombre".
La idea de la manifestación
partió hace unos meses de un colectivo feminista valenciano. La lanzó en las
redes sociales y más de 400 asociaciones se sumaron fletando 280 autocares de
toda España. Desde Córdoba partieron nueve autobuses, fletados por los
colectivos feministas y pagados por la Diputación. El éxito fue total. La
organización de este 7N calculó que había logrado congregar unas 200.000
personas. A las 15 horas una serpiente gigante de color morado llenaba aún los
dos kilómetros que separan la Cibeles de la plaza de España.
LOS ASESINATOS
Tras escuchar la fatídica lista, Ángela
González, cuyo exmarido asesinó a la hija de ambos en un régimen de visitas,
dio lectura al manifiesto, que exige que la "violencia machista" sea
una cuestión de Estado. "Las violencias machistas suponen la manifestación
más violenta y la más grave violación de los derechos de las mujeres. Solo en
el verano del 2015 han sido asesinadas 37 mujeres y ocho menores a manos de sus
parejas", proclama.
Un grupo de militantes de Vox, el
partido de extrema derecha liderado por Aleix Vidal Quadras, intentó boicotear
la lectura. "Feminazis" y "el género no tiene violencia",
gritaron durante unos minutos obligando a Angela a parar. Hasta que intervino
la policía y se los llevó. Un estruendoso "basta ya" les respondió.
Contrastando con la actitud de
Vox, casi ningún partido quiso faltar a la cita. Pese a que el manifiesto
criticaba "los recortes del Gobierno" en la lucha contra el maltrato
y le reprochaba no haber ampliado el concepto de violencia machista, el PP
mandó a Andrea Levy, vicesecretaria de Estudios y Programas. "Mi presencia
demuestra el compromiso del partido con las mujeres", proclamó sin caer en
que el resto de formaciones habían enviado a los dirigentes más relevantes.
Como el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que se mostró convencido de
que a partir del 20D liderará "un gran pacto de Estado ciudadano, social e
institucional" para acabar con el drama. Pablo Iglesias, el líder de
Podemos, respondió a Levy que "los que recortan y redactan leyes del
aborto están en el bando contra las mujeres". Unos minutos antes se había
fotografiado junto a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que reclamó a las
instituciones que "se impliquen de verdad". Los políticos se disolvieron en
el interior de la marcha.
La organización no quiso darles relevancia. La
pancarta que abría la manifestación la portaban una veintena de mujeres
supervivientes. Víctimas que habían visto la muerte de cerca, pero habían
logrado eludirla.
Y detrás, miles y miles de
carteles y eslógans. No son muertes, son asesinatos , A la mujer que no lucha,
no se la escucha , No son locos, son asesinos , Nos tocan a una, nos tocan a
todas , estuvieron entre los más coreados. Otros optaban más por la ironía como
el de Manolo, la cena tu sólo . Hablaras con quien hablaras, la indignación
estaba presente. "Somos más de la mitad de la población, es intolerable
que se nos castigue de esta manera", lamentaba Encarna. Más de una echó en
falta la presencia de hombres en la manifestación. No fueron más de 10%. Uno de
ellos, Jaime, de 77 años, lo reconocía. "Aquí tenía que haber más
hombres", reclamaba.
Al final, se leyó el manifiesto
en las cuatro lenguas del Estado. Y la diosa Cibeles fue por una horas
estandarte del feminismo.
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