RAFAEL CORREA, RESIDIRÁ EN BÉLGICA
Rafael Correa
advirtió este miércoles de que en caso de que gane la oposición en la
segunda vuelta de las presidenciales en Ecuador no tendría inconveniente
en regresar a la primera línea de la política. El mandatario en
funciones asegura que tiene previsto dejar el país e instalarse en
Bélgica tras una década en el poder. Pero dejó claro que no descarta
volver si los electores no avalan finalmente, en la próxima votación que
se celebrará el 2 de abril, el proyecto de su candidato, Lenín Moreno.
Lo haría, dijo, para no perder "lo logrado”.
"Si gana la
oposición probablemente tendré que regresar más pronto y estar en el
momento histórico que se requiere”, afirmó Correa.
El padre de la llamada “revolución ciudadana”, que mantuvo un encuentro
con corresponsales de prensa extranjera en el palacio presidencial en
Quito, admitió que los ecuatorianos tendrán que volver a las urnas.
Horas más tarde lo confirmó la autoridad electoral del país. "Con el
99,5% de las actas escrutadas puedo informar al país que el próximo
domingo 2 de abril se celebrará la segunda vuelta electoral", declaró
Juan Pablo Pozo, presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Ante ese escenario
Correa quiso lanzar algunos mensajes. En primer lugar, se mostró
convencido de que su sucesor, que obtuvo el 39,9% de los apoyos, se
impondrá finalmente frente al conservador Guillermo Lasso, que con el
28,1% busca ahora capitalizar el voto de los demás líderes de la
oposición y ya ha logrado el respaldo de Cynthia Viteri, candidata del
Partido Social Cristiano. “Nosotros estamos felices de haber ganados con
más de un millón [de votos], si ellos están felices por haber logrado
una segunda vuelta, allá ellos. Los volveremos a derrotar en abril”,
mantuvo.
En segundo lugar,
se empleó en descalificar al principal adversario de Moreno, candidato
del Movimiento CREO y expresidente del Banco de Guayaquil. “Hoy ha
venido una nueva derecha, cavernaria, totalmente entregada al norte”,
opinó. En ese contexto, llegó a comparar la próxima contienda electoral
con “la batalla de Stalingrado”. “Vamos a pelear contra la derecha del
mundo”, prosiguió. “Va a haber centenas de millones de dólares”, lanzó
en referencia a los intereses en juego y al respaldo internacional de la
oposición, “pero ya nos ha tocado enfrentarnos a esta clase de
escenarios y hemos vencido”.
En tercer lugar,
concedió que una victoria de la oposición precipitaría su regreso. “En
un año me podrían tener de nuevo aquí”, ha contestado al ser preguntado
sobre esa hipótesis. También se ha referido Correa una figura jurídica
recogida en la Constitución ecuatoriana y conocida como la “muerte
cruzada”, que otorga facultades al Ejecutivo de para disolver al
legislativo. Si gobierna Lasso, tendría que hacerlo un Parlamento en el
que, probablemente, el partido oficialista perdería poder pero
conservaría la mayoría absoluta. Esta circunstancia puede abocar a un
bloqueo. En caso de elecciones anticipadas, por tanto, dejó la puerta
abierta a su vuelta.
¿Por qué dio un
paso atrás el líder del Movimiento Alianza PAÍS? Lo hizo tras el
desgaste de los últimos años y la recesión que en 2016 golpeó Ecuador,
pero el presidente saliente lo negó, enmarcó esa decisión en una
reflexión sobre su vida personal y encuadró el frenazo de su formación
en una coyuntura histórica. Son tiempos difíciles para los buenos
progresistas. Son momentos duros, pero tampoco son momentos terribles”,
razonó. “Mi intención después de entregar el mandato es irme a vivir
unos años a Bélgica”, el país de origen de su esposa. “Es muy
desagradable no tener vida privada, los insultos, las amenazas… a la
gente decente nos molesta”, aseguró. Aseguró que le debe a su familia
“unos años de paz y tranquilidad”.
"Si hubiera creído
que iban a ganar ellos me hubiera presentado", continuó. A pesar de sus
advertencias, rechazó estar detrás de las decisiones de su antiguo
vicepresidente, una figura con menor popularidad y proyección. “Otra
campaña sucia es: ‘Lenín en la Presidencia, Correa en el poder”, afirmó.
El mandatario, con un carácter distinto y mucho más explosivo que el
del candidato de Alianza PAÍS, vino a reconocer que Ecuador encara un
cambio al menos en la forma de hacer política. Eso se notó ya, según los
analistas, durante una campaña electoral de perfil bajo, en la que
Moreno trató de construir un perfil propio y marcó distancias con el
legado de Correa.
El presidente en funciones afirmó: “También creo que
se requiere un cambio de estilo en la conducción, con la revolución
ciudadana, pero que no polarice tanto por su forma de ser”. “Yo creo que
se necesita una persona que polarice menos y esa persona, la adecuada,
es Lenín Moreno”, agregó, antes de agitar el espantajo de una dura
confrontación con los partidos de la oposición: “Pero si perdemos
continuará la polarización”.
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