América Latina duplicará el ritmo de crecimiento este año
elpais.com
El
crecimiento de la economía global está siendo más robusto de lo
esperado. La expansión fue del 3% el pasado año y el Banco Mundial
proyecta que se mantendrá en el 3,1% el que acaba de arrancar. Es un
repunte que califica de “notable” cuando se compara con el 2,4% de 2016.
La tendencia se acelera para América Latina. Los países de la región se
alejan más de la recesión y duplicarán el ritmo de crecimiento al 2% en
2018, frente al 0,9% en 2017.
La
nueva estimación para la economía global se mejora en dos décimas frente
a lo adelantado en junio para 2018. La lectura de 2017 es tres décimas
más alta. Este mejor comportamiento se explica por un impulso de la
inversión en los países avanzados y a una aceleración de la actividad en
los emergentes, que crecerá al 4,5% este año. El Fondo Monetario
Internacional publicará sus proyecciones el 22 de enero en la cumbre de
Davos (Suiza).
La
recuperación, como señala el Banco Mundial, está mejor repartida. “El
crecimiento mejoró en más de la mitad de las economías en 2017”, señala
el informe. Y aunque las curvas muestran que la tendencia seguirá en
2018, anticipa que se moderará de forma gradual a lo largo de 2019
porque la inversión en los países avanzados se relajará y por una
desaceleración de la demanda en China.
Otro
de los factores que apoya el crecimiento en las economías emergentes y
en desarrollo es que poco a poco se disipa el efecto lastre del mercado
de las materias primas. La previsión es que el precio de la energía y de
los metales industriales se estabilice a los niveles actuales, tras las
ganancias registradas desde el pasado verano. También pasará algo
similar con los productos agrícolas.
Brasil
se beneficia especialmente de esta coyuntura. De contraerse un 3,5% en
2015 y 2016 pasó a crecer un 1% en 2017 y lo hará un 2% en 2018 para
asentarse entorno al 2,4% los dos años sucesivos. Es un ritmo que está
en línea con la expansión para el conjunto de América Latina. De una
recesión del 1,5% en 2015 pasará a crecer más de un 2,6% entre 2019 y
2020, tras hacerlo un 2% este 2018.
Más consumo
La
proyección para la región es muy parecida a la que se anticipó hace seis
meses, con ajustes de una décima al alza para 2017 y a la baja para
2018. El consumo privado es el principal sustento a la actividad
económica. El crecimiento habría sido mayor si la inversión no hubiera
sido tan modesta. Venezuela es el punto negro, con una contracción en el
crecimiento del 4,2% para este año tras un 16,1% en 2017.
México,
la segunda mayor economía de América Latina, rindió algo mejor de lo
esperado en 2017. El crecimiento se espera repunte al 2,1% este año y de
ahí suba al 2,9% en 2019. El Banco Mundial cita, sin embargo, la
incertidumbre que genera la negociación del acuerdo de libre cambio con
Estados Unidos y Canadá. También cita como riesgo las elecciones
presidenciales que se celebrarán en julio.
Argentina,
al igual que Brasil, se recupera de la recesión. Crecerá un 3% este año
y el que viene, tres décimas por encima al crecimiento en 2017 y lejos
de la contracción del 2,2% en 2015. En su caso se beneficiará de las
inversiones en el ámbito de las infraestructuras. El proceso de
recuperación de Perú tras las inundaciones le permitirá crecer un 3,8%
este año. Columbia lo hará un 2,9% y Chile un 2,4%.
Recursos internos
Pese a
este panorama más favorable y equilibrado, persisten riesgos. El Banco
Mundial cita la posibilidad de que se materialice algún tipo de estrés
financiero por el alza de tipos de interés y los altos niveles de
endeudamiento. “La condiciones de financiación siguen siendo benignas
pero se restringirán conforme las políticas monetarias se vayan
normalizando en la grande economías avanzadas”, advierte.
En el
caso concreto de América Latina, señala que el impulso externo al
crecimiento será menor porque la expansión en Estados Unidos y en China
tenderá a moderases en 2019 y 2020. “La región necesitará depender más
de los recursos internos que en el pasado”, anticipa el Banco Mundial.
También indica que el potencial seguirá siendo inferior a la media
histórica previa a la crisis, por la baja productividad.
El
incremento del proteccionismo, junto a las tensiones geopolíticas,
también jugará en contra a corto plazo. “La escalada de las
restricciones puede hacer descarrilar la recuperación y deshacer todo lo
que se ganó con los pasados esfuerzos liberalizadores”, alerta el
informe. También se cita la disrupción que pueden crear los desastres
naturales, en especial en los países donde el margen fiscal es más
reducido.
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